NO MÁS ENGAÑOS.
Cómo explicarle a mi estúpida yo interior, que la vida se sufre día tras día con el objetivo de
disfrutar en su totalidad cada tregua; cada momento para respirar; cada pausa
para descargar adrenalina en un acto tan tonto como lo es sonreír.
Una vez leí que de amor no muere nadie, pero nunca se tomó en cuenta que la falta de amor propio sí llega a matarte; con lentitud y sin piedad... y que, por mucho que luches contra ti mismo, siempre existirá ese eco que te recordará lo sucia que es la realidad ante el espejo.
Cúbrelo
con una sábana de indiferencia e imagina.
La belleza no es algo plasmado, no es algo que realmente el ojo humano percibe,
sino la mente de cada uno.
Y es ahora, con el paso de los años y la enriquecedora madurez, cuando he
llegado a comprender que por muchas carencias que se tengan, sólo has de
mantenerte firme y hacer creer tu valía.
Sal ahí y camina con firmeza, que cada paso deje marca.
Sumérgete en su melodía...
Y vive.
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